domingo, 13 de mayo de 2012

Vergüenza

Si hay algo delicioso en una sumisa es la vergüenza. Por muchos años que pasen notar esa sensación de sonrojo en una situación mil veces vivida. Sentir el deseo de obedecer, de ofrecerse, de ser usada y al mismo tiempo notar la humillación y la vergüenza.
Verla así, excitada, empapada sin querer y sin poder evitarlo, con el rubor en su cara y el deseo de sentir más, es un placer difícil de explicar con palabras. Ese rubor es una pequeña joya que me produce un placer tan intenso que me gustaría que ese instante se mantuviese durante horas. Un profundo placer que se que es compartido, una dulce contradicción que ella creó sola y que me gusta cultivar y hacer crecer cada día. Me gusta sembrar ideas y sensaciones en su mente y mantenerlas vivas, para disfrutarlas solos o para compartirlas, haciendo que su vergüenza y nuestro placer sean mayores, como lo es su entrega cada día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario